De mano de la pequeña firma holandesa Miniot nos llega otro de esos artilugios tan interesantes que el mercado del vinilo nos lleva ofreciendo durante los últimos años, su nombre es Wheel, y es un tocadiscos que reproduce desde la cara oculta del vinilo… Y no, no me refiero a un disco de Pink Floyd.
Para lograr algo tan minimal y moderno, los responsables del invento han creado un espacio aislado de vibraciones donde se aloja toda la mecánica, motores y electrónica necesarias para poder realizar las tareas de reproducción desde la parte inferior del disco, esa que hasta ahora siempre queda oculta, pero que en esta ocasión es desde donde la aguja entra en contacto con el vinilo.
Otro detalle muy interesante de este ingenio sonoro es su stick central, que no es otra cosa que la peana central del plato en la que se inserta el vinilo, y que resulta ser también la mesa de control de la nave, y desde ella se realizan las típicas funciones de control de reproducción y volumen.
Por último, cabe destacar que este diseño no responde solo a un capricho estético, porque resulta que esta distribución favorece que la electrónica esté más protegida (por el vinilo, naturalmente) y además permite que todo el equipo se pueda usar en horizontal (como se ha hecho toda la vida) o en vertical, e incluso se puede colgar de la pared.
En estos momentos Wheel está en fase de financiación en Kickstarter, pero ya están a punto de cumplir el objetivo fijado, así que, si todo va como se espera, las primeras unidades empezarán a enviarse para el otoño de 2017; después, cada unidad tendrá un precio que variará entre los 850 y los 1000 Euros, pero los posibles interesados todavía pueden apuntarse al patrocinio vía Kickstarter y tener ventajas y descuentos.
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